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ACUERDO DE VOLUNTADES ENTRE LAS AUTORIDADES PÚBLICAS, UNIVERSIDADES, COLEGIOS, BIBLIOTECAS, OTRAS INSTITUCIONES Y CIUDADANOS DE BOGOTÁ, D.C, FRENTE A LA PROLIFERACIÓN DE BARES Y CANTINAS EN EL ENTORNO EDUCATIVO Y CULTURAL Las autoridades públicas, instituciones educativas y culturales y los ciudadanos firmantes de este acuerdo de voluntades consideramos inaplazable que las autoridades, los educadores, los legisladores, los medios de comunicación y los ciudadanos en general prestemos cuidadosa atención a la alarmante situación que ha prosperado en el entorno de las universidades, colegios, bibliotecas y otros centros culturales que funcionan en Bogotá y en otras ciudades del país. La proliferación de cantinas, bares y similares, que se lucran de la vulnerabilidad de la población de niños y jóvenes, conduce al consumo de alcohol y otras drogas y aún a la prostitución y el delito, y desvirtúa el trabajo educativo, con grave deterioro del medio ambiente y la calidad de vida urbana. Por eso nos permitimos expresar las apreciaciones y los acuerdos a que hemos llegado, que se encaminan a la búsqueda de soluciones a esta problemática, y que deben partir del trabajo conjunto de los actores comprometidos. 1. La educación, como derecho fundamental, debe ser garantizada por las autoridades y las instituciones educativas con la mayor cobertura y calidad posibles. Esto supone brindar entornos y condiciones que permitan el desarrollo intelectual, social y cultural de los estudiantes, para que se conviertan en profesionales responsables e idóneos y en ciudadanos conscientes y útiles a la comunidad. 2. Sin embargo, una de las situaciones más preocupantes que afectan a niños, adolescentes y jóvenes, y que perturban el desarrollo de las actividades académicas y la seguridad, es la proliferación en el entorno educativo y cultural de negocios dedicados a la venta de licor. 3. Esa desordenada dinámica urbana ha desencadenado un grave problema de salud pública, representado por el uso irresponsable del alcohol y otras sustancias psicoactivas e, incluso, la dependencia temprana de éstas. Son múltiples los efectos que causa este fenómeno en la vida social y personal de los integrantes de la comunidad académica y cultural y de los residentes y vecinos de los entornos educativos y culturales. 4. El permanente consumo de alcohol disminuye en los estudiantes la capacidad de abstracción y de razonamiento, altera la memoria y debilita el interés en la superación académica y personal. Especialmente en lo académico, trae como consecuencia la deserción estudiantil, el ausentismo, el bajo rendimiento, las expulsiones y las sanciones disciplinarias. 5. La atracción de los jóvenes al consumo de bebidas alcohólicas está causalmente asociada con el consumo de drogas, la explotación sexual, la accidentalidad y la mortalidad juvenil, que han llegado a adquirir en nuestras ciudades proporciones preocupantes. En lo familiar, incluso, llega a desencadenar el rompimiento traumático con todos sus miembros. 6. La proliferación en predios cercanos a los centros educativos y culturales de negocios para el expendio de bebidas alcohólicas se ha convertido en factor de inseguridad, depreciación de las inversiones hechas por las instituciones y los residentes del entorno. 7. La contaminación acústica, asociada a la contaminación visual que sirve al afán publicitario de los propietarios o arrendatarios de dichos establecimientos, es una agresión contra los residentes permanentes de los barrios y las instituciones que se dedican a la educación y la cultura. 8. La venta de licor cerca de las instituciones educativas y culturales dificulta el libre ejercicio de derechos fundamentales tutelables, como el de la libertad de enseñanza, de investigación, de aprendizaje, de trabajo y de libre desarrollo de la personalidad. 9. Esta problemática reclama un ejercicio de corresponsabilidad entre la ciudadanía y las autoridades públicas en el cual los primeros deben cumplir la legislación vigente en la materia y ser ejemplo para los demás ciudadanos y, las autoridades públicas deben enfatizar su acción preventiva y pedagógica. 10. Es de resaltar la alarmante contaminación ambiental que producen cantinas, bares y similares, causada por ciudadanos que vulneran normas vigentes y explícitas, lo cual hace necesario realizar jornadas pedagógicas e institucionales para que aquéllos cumplan la normatividad vigente e intensificar el control por parte de las autoridades públicas. La citada situación afecta la salud de las personas privándolas del descanso y desencadenando agresividad y depresión, como lo han establecido las investigaciones científicas. 11. Las universidades y colegios vienen desarrollando programas tendientes a prevenir a los jóvenes y aislarlos del consumo del licor y de los estupefacientes, pero estas instituciones educativas han llegado a estar sometidas a una competencia con los bares y establecimientos dedicados a la venta de licor. En esa tensión, pareciera que estos últimos tuvieran la razón y la prioridad. 12. Para alejar a niños y jóvenes de este yugo social, universidades, colegios y otras instituciones culturales y educativas, al igual que padres de familia, residentes y demás ciudadanos, han decidido aunar esfuerzos, contando con el respaldo de las autoridades y los organismos de control, como lo disponen las leyes y normas vigentes. 13. Esto implica incidir sobre los legisladores para que se produzcan normas más eficaces que remedien este flagelo, y llamar a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general para que se tome conciencia de lo que está sucediendo con decenas de miles de colombianos y colombianas que representan el futuro del país. 14. En cumplimiento de su misión, las instituciones educativas continuarán el trabajo de investigación, docencia y extensión destinada a preparar a los jóvenes contra las amenazas de su entorno. También mantendrán las políticas de bienestar que estimulen los programas de promoción y prevención, los deportes, las actividades culturales y el uso creativo del tiempo libre. En coordinación con las instancias académicas, fomentarán mesas de discusión, foros, seminarios, cursos, publicaciones y campañas de divulgación, y buscarán mecanismos para concertar alternativas de solución a este problema, especialmente con los padres de familia. 15. Con el propósito de buscar la reflexión y la acción de los actores involucrados en esta problemática, las organizaciones civiles firmantes realizarán el "Día sin alcohol ni drogas". La jornada será el tercer viernes de octubre de cada año y estará acompañada de actividades académicas, culturales, lúdicas y deportivas en todo el país. 16. Desde el ámbito universitario y con el respaldo de las autoridades públicas, se busca consolidar una cultura ciudadana que proteja a la juventud y genere espacios de esparcimiento para su crecimiento y desarrollo adecuado como ciudadanos, alejados del riesgo que les induce al consumo de alcohol y sustancias psicoactivas. Adherimos el presente acuerdo de voluntades, Octubre 3 de 2008
En calidad de TESTIGO SAMUEL MORENO ROJAS Alcalde Mayor de Bogotá, D.C. |