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Proyecto de Acuerdo 107 de 2004 Concejo de Bogotá, D.C.

Fecha de Expedición:
05/05/2004
Fecha de Entrada en Vigencia:
05/05/2004
Medio de Publicación:
Anales del Concejo
La Secretaría Jurídica Distrital aclara que la información aquí contenida tiene exclusivamente carácter informativo, su vigencia está sujeta al análisis y competencias que determine la Ley o los reglamentos. Los contenidos están en permanente actualización.


 
 

PROYECTO DE ACUERDO 107 DE 2004

"Por el cual se incluye en el Proyecto Educativo Institucional – P.E.I. - como proyecto transversal al currículo de las Instituciones Educativas del Distrito Capital, desde el nivel preescolar, básica y media, la temática de la reducción del riesgo y atención de desastres y emergencias.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Ver el Acuerdo Distrital 30 de 2001

I. INTRODUCCIÓN.

Es importante destacar la necesidad de concebir dentro de las políticas públicas de un país, la construcción de medidas adecuadas y la ejecución permanente de acciones preventivas bajo la concepción más amplia que permita cumplir con el mandato constitucional de proteger a todos los ciudadanos. Entendidas éstas, desde la perspectiva de lo social, económico, político y cultural, siendo tarea de la administración pública destinar los recursos humanos y materiales, entre otros; para que dentro de un marco de participación democrática, se conciban los programas y apropien los recursos con los cuales se financiará la implementación de las medidas que se adopten para atender la demanda social. Así lo determina de manera expresa la Constitución cuando dice que el " Estado adelantará una política de previsión, rehabilitación e integración social ..." .

Es claro entonces que, las políticas públicas, amén de ser incluyentes y democráticas, deben responder a la progresividad efectiva de los derechos tanto individuales como colectivos y, por lo tanto, no se justifica bajo ningún concepto excluir grupos de la sociedad de la titularidad de los mismos. En la medida en que estos grupos poblacionales, por sus condiciones físicas, culturales o socioeconómicas, solo puedan gozar plenamente de una prestación amparada por un derecho si el Estado adopta políticas que comprometan recursos públicos y exijan medidas de orden administrativo de carácter progresivo, el Estado dejará de ser indiferente ante las necesidades de tales conglomerados.

De igual manera, la progresividad del accionar del Estado requiere de la incorporación en sus políticas de programas y de planes, recursos y medidas encaminadas a avanzar de manera gradual en el alcance de las metas que el propio Estado se haya fijado con el fin de lograr que todos los habitantes puedan gozar efectivamente de sus derechos. Finalmente, como lo ha manifestado de manera reiterativa la Honorable Corte Constitucional, el Estado puede a través de sus órganos competentes definir la magnitud de los compromisos que adquiere con sus ciudadanos con miras a lograr dicho objetivo y, también, puede determinar el ritmo con el cual avanzará en el cumplimiento de tales compromisos. Sin embargo, estas decisiones públicamente adoptadas deben ser serias, por lo cual han de estar sustentadas en un proceso decisorio racional que estructure una política pública susceptible de ser implementada, de tal manera que los compromisos democráticamente adquiridos no sean meras promesas carentes de toda vocación de ser realizadas. Así, cuando tales compromisos

han sido plasmados en leyes, Acuerdos u Ordenanzas y representan medidas indispensables para asegurar el goce efectivo de derechos fundamentales, los interesados podrán exigir por vía judicial el cumplimiento de las prestaciones correspondientes.

Así las cosas, es fundamental –como lo veremos en el desarrollo de la presente propuesta-, incorporar la reducción del riesgo y la atención de emergencias y desastres en la planificación del desarrollo social y en la definición de una política Distrital, contribuyendo a reducir o eliminar los riesgos existentes y a disminuir el impacto de los desastres, sensibilizando al conglomerado social e institucionalizando la temática de la reducción del riesgo y la atención de desastres y emergencias en la formación preescolar, básica y media de los colegios del Distrito Capital. A través de los colegios, como polo de desarrollo, es posible comprender la dimensión social de los riesgos y los desastres, tanto endógenos como exógenos y, a partir de allí, incorporar la temática en la cultura. Particularmente, es a través del currículo, como conjunto de criterios, planes de estudio, programas, metodologías y procesos, que se contribuye a la formación integral de docentes y estudiantes en el tema dentro del contexto del Proyecto Educativo Institucional, cuya filosofía obedece a las necesidades de formación de acuerdo con el contexto local.

La experiencia que ha dejado la incorporación de la Gestión del Riesgo como política pública contenida en las últimas dos administraciones distritales, adoptada en los Planes de Desarrollo 1998-2000 "Por la Bogotá que queremos" y 2001 –2003 "Bogotá para Vivir Todos del Mismo Lado", e implementada entre otras por el Comité Educativo, creado mediante el Decreto 723 de 1999, es muy positiva.

Tal es el caso del avance alcanzado en la implementación de la metodología para la elaboración del Plan Escolar para la Gestión de Riesgos1, cuyo objetivo primordial es generar en la comunidad educativa un mayor conocimiento de los riesgos a los que se encuentra expuesta, con el fin de orientar los procesos que le permitan reducirlos, eliminarlos o atender una situación de emergencia. Durante la vigencia "Por la Bogotá que queremos" participaron 4.827 miembros de la comunidad educativa y se elaboraron 1098 planes escolares, varios con la participación de entidades operativas externas al colegio. Durante la actual vigencia han participado 3.701 y se han recibido 670 planes elaborados exclusivamente por docentes. En la evaluación de campo en una muestra representativa de 300 colegios, en los últimos tres años, se identificaron al menos 88.223 estudiantes con un promedio de seis procesos de autoprotección implementados, de diez identificados2.

Lo propio ocurre con los avances en la "Incorporación de la gestión del riesgo en el currículo de la educación básica y media"3, especialmente desde las áreas de ciencias naturales y sociales, cuyo objetivo es promover los conocimientos, actitudes y valores sobre reducción de riesgos y atención de desastres de acuerdo a la edad y grado de los alumnos, según los lineamientos curriculares suministrados por el Ministerio de Educación Nacional. Durante la vigencia "Por la Bogotá que queremos" participaron 3.200 docentes y en la vigencia "Bogotá para Vivir del Mismo Lado" participaron 3.742.

La Dirección de Prevención y Atención de Emergencias, a través del FOPAE, ha desarrollado instrumentos, herramientas y metodologías para la orientación e incorporación del tema de los riesgos y los desastres en el sector educativo. Cuenta con metodología para la elaboración de Plan Escolar para la Gestión de Riesgos que consta de dos guías, dirigidas a docentes: una referida a los aspectos conceptuales y la otra a los aspectos metodológicos; junto con estas guías se hace entrega de las cartillas de amenazas: terremotos, inundaciones, deslizamientos, señalización y plan familiar de emergencias. De igual forma, se cuenta con las guías para incorporar el tema en el currículo, las cuales están diseñadas por niveles, a saber preescolar a tercer grado, cuarto a sexto grado y séptimo grado en adelante, de manera que, pedagógicamente, se orienta el desarrollo de actividades según el grado y edad de los estudiantes. Estas guías se entregan acompañadas de materiales lúdicos que le permite a los docentes diseñar ambientes de aprendizaje adecuados para la temática.

1º. MARCO CONCEPTUAL DE LOS RIESGOS Y LOS DESASTRES.

Conforme a la dinámica y transformación permanente del Planeta Tierra, es normal la ocurrencia de ciertos fenómenos como los sismos, la inundaciones y los deslizamientos, entre otros; los cuales se han convertido en amenazas debido a los desequilibrios que el hombre ha generado en la naturaleza. De igual forma, los patrones de asentamiento y los desarrollos tecnológicos han incidido en la generación de amenazas frente a cuales el conglomerado social es cada día más vulnerable.

Las amenazas pueden ser naturales, hidrometereológicas y geológicas, cuyo origen es propio de la dinámica de la tierra, tales como inundaciones, huracanes y avenidas torrenciales y geológicas como deslizamientos, erupciones volcánicas y sismos respectivamente. Las amenazas socio – naturales, se expresan a través de fenómenos de la naturaleza pero en su ocurrencia o intensidad interviene la acción humana, tales como los deslizamientos por pérdida de cobertura vegetal y erosión posterior; las avalanchas por deforestación de las cuencas y la invasión de rondas de los ríos y quebradas susceptibles a inundaciones. O las amenazas antrópicas, que son atribuibles directamente a la acción humana y a los posibles accidentes tecnológicos: contaminación, fuga de materiales peligrosos, explosión de ductos de gas u otros materiales inflamables, accidentes en manipulación de sustancias tóxicas, biológicas o radioactivas.

En ocasiones, estas amenazas pueden presentarse de manera compleja o concatenada y son las llamadas amenazas múltiples. Es el caso de un sismo que puede generar la ruptura de ductos de gas y, por consiguiente, múltiples incendios o un deslizamiento puede generar un represamiento de un río que al desbordarse puede generar una avalancha.

Es por ello entonces, que es importante precisar algunos conceptos de acuerdo con la Guía del Docente II del Plan Escolar para la Gestión de Riesgos4:

DESASTRE: Crisis social producida por la materialización de una amenaza de origen natural o antrópico. Es un hecho cumplido que produjo daños y pérdidas en la comunidad. Solo podemos intervenir de una manera curativa, sobre sus consecuencias, no sobre sus causas. Genera una situación de emergencia.

AMENAZA: Probabilidad de que un fenómeno de origen natural o humano, potencialmente capaz de causar daño, se produzca en un determinado momento y lugar.

VULNERABILIDAD: Condición existente en la sociedad por la cual puede verse afectada y sufrir un daño o una pérdida en caso de materialización de una amenaza. Puede expresarse como la incapacidad de una comunidad para recuperarse de los efectos de un desastre. La convolución de los factores amenaza y vulnerabilidad antes descritos constituyen el riesgo.

RIESGO: Conjunto de daños o pérdidas que podrían ocurrir en caso de que una amenaza se materialice. Puede intervenirse sobre sus causas, previniendo sus consecuencias. Es parte de las condiciones normales de vida de una sociedad. Los daños pueden expresarse en forma cuantitativa, como por ejemplo número de heridos, muertos, colegios destruidos o bienes perdidos.

GESTIÓN DE RIESGO: Conjunto de acciones de intervención destinadas a modificar las condiciones generadas de riesgo con el fin de reducir los niveles del mismo y eliminarlo hasta donde sea posible. Involucra además el conjunto de acciones destinadas al manejo del desastre y a la reconstrucción postdesastre. La gestión del riesgo busca el desarrollo de la capacidad de la sociedad y sus actores sociales para modificar las condiciones de riesgo existente, actuando prioritariamente sobre las causas que lo producen.

MANEJO DE DESASTRES: Conjunto de acciones tendientes a intervenir sobre las consecuencias de un desastre. Atención de la emergencia generada por este, a través de una serie de instrumentos y acciones tendientes a salvar vidas y bienes cuando se presenta un desastre (búsqueda y rescate de heridos, atención médica, alojamiento provisional de afectados etc).

2º. PANORAMA GENERAL DE LAS AMENAZAS EN EL DISTRITO CAPITAL.

Destacando la descripción efectuada por la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias DPAE en su libro "Prevención de desastres desde las aulas", Bogotá tiene la mayor concentración poblacional del país y su nivel de crecimiento se debe entre otras, a las migraciones por conflictos sociales, y en particular por la violencia en la provincia. Su expansión hacia la periferia ha ocasionado la ocupación de terrenos no aptos para el desarrollo de viviendas, como es el caso de "antiguas canteras, chircales, rellenos, rondas de quebradas, humedales, terrenos bajos con respecto a cauces naturales de los ríos y sin drenaje; altamente susceptibles a presentar fenómenos de inestabilidad e inundación.

En estas zonas, que más adelante ilustraremos, se evidencia un crecimiento acelerado de la población con altos índices de pobreza, exclusión social, hacinamiento, creciente ingobernabilidad; igualmente un acelerado deterioro del ambiente, principalmente en relación con la disponibilidad de agua potable, el tratamiento de los deshechos sólidos y líquidos, el saneamiento en general y una mayor informalidad de la economía urbana ... Todo lo anterior conlleva a que exista un desarrollo desordenado de la ciudad y la generación de usos inadecuados del suelo que pueden transformarse en sectores de alto riesgo.5

2.1. AMENAZA POR FENOMENOS DE REMOCIÓN EN MASA.

Los deslizamientos son los eventos con mayor recurrencia en Bogotá. Estos se presentan a lo largo de los cerros en las localidades de Usaquén, Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe, Usme, Ciudad Bolívar y Suba. En principio, estos fenómenos tienen una causa natural, ya que muchas de las laderas que conforman los cerros de Bogotá tienen una predisposición a la generación de deslizamientos; a este hecho se le suma la intervención del hombre a través de la explotación de canteras y la adecuación de terrenos para la construcción de vivienda (legal e ilegal) sin el cumplimiento de los mínimos requisitos técnicos. Otros factores que pueden dinamizar los movimientos en masa, incluyen por ejemplo, la actividad sísmica, la saturación del suelo por fluidos y la incidencia de procesos erosivos en las localidades mencionadas6.

De acuerdo con la información técnica de la DPAE en Bogotá existen colegios públicos y privados ubicados en zonas de amenaza por remoción en masa. 48 de ellos en amenaza alta, 310 en media y 381 en baja. Es de anotar que este fenómeno se presenta principalmente en las localidades de Usaquén, San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe y Ciudad Bolívar.

Ver Mapa anexo 1

2.2. AMENAZA SISMICA.

Bogotá ha sido afectada por tres (3) sismos severos: 1785, 1827 y 1917. El primero tuvo como epicentro el Páramo de Chingaza (Cundinamarca), con una intensidad de 9 en la escala de Mercalli; el segundo, tuvo epicentro en Timaná (Huila) con una intensidad de 10 en la misma escala y el tercero, como epicentro en el Páramo de Sumapaz con una intensidad de 9 .

La Dirección de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá, La Dirección Nacional de Prevención y Atención de Desastres, el Ingeominas y la Universidad de los Andes realizaron el estudio de Microzonificación Sísmica de Bogotá, el cual consistió en evaluar los efectos de un sismo sobre las personas, las edificaciones y las líneas vitales como acueducto, energía, teléfono y gas. El estudio se constituye en una herramienta clara para la planificación de la ciudad y como una forma de estimar los escenarios probables que deberá enfrentar la ciudad en caso de presentarse un sismo de importancia. Se estima que si se presenta un sismo de intensidad moderada, la ciudad dejaría de operar normalmente y tanto la movilidad como la funcionalidad se verían restringidas por la afectación que sufrirían personas, casas, edificios, colegios, puentes, vías, servicios básicos, redes bancarias, etc.

Un evento de esta naturaleza traería consigo grandes pérdidas humanas, amén del traumatismo causado a la ciudad, ya que concentra la mayor parte de la economía representada principalmente en industrias de producción e instituciones educativas y gubernamentales.

La cantidad de daños producidos por un evento sísmico depende de diferentes variables. De una parte, del tipo de estructura de las construcciones, su altura y los materiales empleados; y por otra, de la magnitud y de la distancia al epicentro y, finalmente, de la conformación del suelo y la forma del relieve. Es importante mencionar que existe una gran número de edificaciones educativas construidas hace más de treinta años, las cuales no fueron diseñadas ni construidas con normas sismo resistentes, aspecto que las hace vulnerable. Es de anotar que muchas de estas construcciones constituyen patrimonio arquitectónico nacional.

Ver Mapa anexo 2

2.3. AMENAZA POR INUNDACIÓN.

La hidrografía de la Ciudad de Bogotá, está formada por las cuencas de los ríos Salitre, Fucha, Tunjuelito, Torca, La Conejera, El Jaboque y el Tintal que drenan desde los cerros hasta desembocar en el río Bogotá. Adicionalmente, la red hidrográfica está conformada por quebradas menores que, igualmente, drenan los cerros. Entre las quebradas se destacan, al Norte las de Torca, Novita, La Cita, La Floresta, La Chorrera. En los Cerros de Chapinero están: El Chicó, Rosales, La Vieja, Las Delicias y el Río Arzobispo; y en la zona Central San Dionisio Norte y Manzanares7. Muchas de las viviendas localizadas a lo largo de los cauces invaden los ríos y los utilizan para el vertimiento incontrolado de aguas residuales, aspecto que genera inestabilidad de los cauces. De igual forma, la urbanización de las laderas próximas a los cauces, el vertido e inadecuado manejo de aguas residuales y la obstrucción de los drenajes naturales en la parte alta son las causas principales de inestabilidades de laderas y de inundaciones8.

En la ciudad se producen periódicamente inundaciones y encharcamientos a causa de la insuficiencia de los sistemas de alcantarillado de los barrios que están cercanos a los ríos en especial al río Bogotá y a los ríos Tunjuelo, Fucha y Juan Amarillo en la parte baja de sus cuencas. Los barrios más afectados por este problema son los localizados en la localidad de Suba y Tunjuelito. Adicionalmente, se presentan encharcamientos en otros sectores por taponamiento con basuras de las redes de alcantarillado.

De acuerdo con la información técnica de la DPAE, en lo que respecta a la amenaza de inundación ocasionada por los desbordamientos de ríos Tunjuelito y Bogotá existen 9 instituciones educativas ubicadas en zona de amenaza alta, 99 en media y 19 en baja; estas instituciones están ubicadas principalmente en las localidades de Suba, Tunjuelito y Kennedy. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, adicionalmente, existen quebradas ubicadas en zonas de ladera susceptibles a inundaciones y avenidas torrenciales, como es caso de las quebradas la Chiguaza, Limas y Yomasa que igualmente podrían afectar este tipo de edificaciones educativas.

Ver Mapa anexo 3

2.4. AMENAZA TECNOLOGICA

Es una condición física y/o química que puede causar daños serios sobre la vida o la salud de la población, los bienes de las personas o el ambiente dentro de un lapso especifico de tiempo en un área determinada. En Bogotá se concentra una alta densidad industrial, representada por el sector metalmecánico, manufacturero, químico, de productos alimenticios, de agregados para construcción y producción de concretos. Estos sectores se han localizado en áreas identificadas como zonas industriales, dentro de las cuales se encuentran la zona centro-oriental, la zona de Alamos, la zona industrial de Cazucá y la zona de Tunjuelito. Igualmente, se registra la existencia de aproximadamente 21 concentraciones industriales incipientes, muchas de ellas por fuera de las zonas industriales mencionadas, las cuales se ubican en los barrios Toberín, Santa Fe y Paloquemao.

El mapa que se anexa da cuenta de la ubicación de posibles fuentes generadores de algún tipo de evento de los mencionados anteriormente y georreferencia las instituciones educativas.

Ver Mapa anexo 4

2.5. CONCENTRACION MASIVA DE PERSONAS

Un Evento Masivo es una congregación planeada superior a 1.000 personas reunidas en un lugar con la capacidad e infraestructura para este fin. La infraestructura y equipamento urbano de la ciudad la han convertido en sede de numerosos eventos de afluencia masiva de público. Durante los últimos doce años se han presentado más de 1.000 grandes conciertos, con diferentes artistas tanto nacionales como internacionales, al igual que más de 1.200 Eventos Deportivos y más de 800 eventos Religiosos principalmente.

Cualquier acción real o ficticia que genere pánico en una multitud puede ocasionar reacciones violentas e inesperadas, por ejemplo, las estampidas humanas, dando lugar a que las personas se causen lesiones entre ellas mismas. Debe tenerse especial cuidado con esta amenaza en los lugares públicos y sobre todo en eventos de magnitud como: conciertos, encuentros deportivos, reuniones multitudinarias, funciones teatrales, fiestas populares y aglomeraciones en centros comerciales. Si las personas saben cómo comportarse en caso de emergencia y conocen las normas básicas de seguridad la probabilidad de pánico será mucho menor9.

II. SOPORTE CONSTITUCIONAL Y LEGAL

CONSTITUCIÓN POLÍTICA.

Colombia, como un Estado Social de Derecho, garante de la protección de derechos individuales y colectivos, ha consagrado como fines esenciales, la protección de la vida, honra, bienes y demás derechos y libertades para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares, dentro del marco de una convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.

El Estado, reconoce la primacía de los derechos inalienables de la persona, dentro de las limitaciones que establezca la ley, en procura de la preservación de la vida, la integridad física, la salud y la seguridad de todas las personas, así como de los niños, quienes serán protegidos contra forma de violencia física o moral, garantizando su desarrollo armónico e integral.

MARCO LEGAL

DECRETO LEY 1421 DE 1993 Y ACUERDO 095 de 2003.

El artículo 4 del Decreto Ley 1421 de 1993, consagra que el Distrito Capital goza de los derechos y obligaciones que para él determinen expresamente la Constitución y la Ley.

En su artículo 12 numerales 1 y 10, establece que el Concejo de Bogotá, dictará las normas necesarias para garantizar el adecuado cumplimiento de las funciones y la eficiente prestación de los servicios a cargo del Distrito; así como las normas que garanticen la descentralización, desconcentración, participación y veedurías ciudadanas.

LEY 115 DE 1994 (LEY GENERAL DE EDUCACIÓN).

"Artículo 1. OBJETO DE LA LEY. La educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes."

ARTÍCULO 5. FINES DE LA EDUCACIÓN.

Numeral 2. La formación en el respeto a la vida y a los derechos humanos, la paz, a los principios democráticos de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad, equidad, así como el ejercicio de la libertad y la tolerancia.

Numeral. 12. La formación para promoción y preservación de la salud y la higiene, la prevención integral de problemas relevantes, la recreación, el deporte y la utilización del tiempo libre."

DESARROLLO NORMATIVO DE PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE DESASTRES:

A NIVEL NACIONAL. EL Decreto 919 del 1 de mayo de 1989 organiza el Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres - SNPAD, del cual hace parte, entre otros, los ministerios y departamentos que por sus competencias tienen que ver con la prevención y atención de desastres, entre ellos el Ministerio de Educación Nacional.

Motivado por este decreto este Ministerio emitió en el año 92 la Directiva No. 13, en la cual se responsabiliza al sistema educativo en el tema y se identifican líneas de trabajo para contribuir, desde este sector, en el propósito de la reducción de los desastres y sus efectos. Al respecto menciona las siguientes orientaciones:

  • Incorporar la prevención de desastres en la educación y crear conciencia ambiental, ya que el deterioro progresivo del medio ambiente facilita la ocurrencia de desastres y limita el desarrollo nacional. Con este fin promueve el análisis de los currículos para integrar los contenidos sobre el manejo acertado del medio ambiente y las tecnologías para prevenir desastres; la formación de profesionales para que, dentro del ámbito de su competencia, ayuden a prevenir desastres y la capacitación de docentes, especialmente de las áreas de ciencias naturales y sociales, sobre la adecuación curricular en el tema y la elaboración de los planes de prevención de sus instituciones educativas.

  • Promocionar el programa escolar de prevención de desastres de manera que cada plantel educativo, de una parte, elabore un plan de prevención de desastres con el apoyo de directivos y docentes para el desarrollo de los temas y actividades que involucren el tema y, de otra, revise sus instalaciones educativas de manera que se analicen las amenazas a las que están expuestas y se mejoren sus condiciones de seguridad.

  • Otras orientaciones están relacionadas con la elaboración de los planes de emergencia de los escenarios deportivos y la participación de las secretarías de educación en los comités de emergencias para hacer seguimiento a los planes, programas y proyectos que sobre este tema se formulen.

En 1994, la Ley de Educación 115, en su artículo 5, parágrafo 10, señala como uno de los fines de la educación "la adquisición de una conciencia para la conservación, protección y mejoramiento del medio ambiente, de la calidad de vida, del uso racional de los recursos naturales, de la prevención de desastres, dentro de una cultura ecológica y del riesgo y la defensa del patrimonio cultural de la Nación".

En el mismo año, los Ministerios de Educación Nacional, Medio Ambiente y Defensa promulgan el Decreto 1743 mediante el cual se instituye el proyecto de educación ambiental para todos los niveles de educación formal e informal. Con este decreto se institucionaliza y fortalece la posibilidad de realizar Proyectos de Educación Ambiental (PRAES) con componentes específicos de Prevención y Manejo de Desastres.

De igual forma, con la Resolución 7550 de octubre de 1994, el Ministerio de Educación ordena impulsar a través de las secretarías de educación acciones para incorporar la prevención y atención de desastres dentro del proyecto educativo institucional de acuerdo con las necesidades de la región; incentivar en la comunidad educativa la sensibilidad y solidaridad para actuar de manera eficaz en casos de emergencia; desarrollar el proyecto de prevención y atención de emergencias y desastres que contemple la creación del comité escolar de prevención, el análisis de riesgos, el plan de acción y el simulacro escolar; estimular la realización de capacitaciones en el tema; organizar el comité educativo en el municipio; propender porque las instituciones empleen conocimientos y estrategias de las diferentes áreas del saber para el desarrollo del proyecto y celebrar el día internacional de la reducción de los desastres.

En el año 98, con la formulación del Plan Nacional para la Prevención y Atención de Desastres10 se establecieron cuatro estrategias fundamentales de trabajo: el conocimiento de los riesgos de origen natural y antrópico, la incorporación de la prevención y reducción de riesgos en la planificación, el fortalecimiento del desarrollo institucional y la socialización de la prevención y mitigación de desastres.

Esta última estrategia tiene que ver con la incorporación de una actitud preventiva en la cultura y una aceptación de las acciones de prevención por parte de la comunidad mediante un proceso de socialización a través de las entidades del orden nacional en coordinación con las entidades territoriales. La estrategia incluyó como líneas programáticas: la información pública para la prevención y reacción adecuada de la comunidad en caso de desastres, la incorporación de los conceptos de prevención de desastres y protección ambiental en la educación formal, el desarrollo de programas de formación de docentes, el impulso de la adecuación curricular de la educación básica y media en las diferentes regiones y el apoyo a las instituciones de educación superior en la realización de programas académicos de investigación y educación continuada.

A finales del 2001, con la el documento CONPES 3146 del 2001, se busca consolidar la ejecución del Plan Nacional anteriormente mencionado. Entre los aspectos relacionados con la socialización de la prevención y mitigación recomienda tres acciones fundamentales: la capacitación y formación a funcionarios y comunidades, la comunicación de información para la toma de decisiones y la concientización ciudadana. Entre las acciones requeridas se definió que era necesario que el MEN revisara y actualizara la Directiva Ministerial No. 13 en el marco de la Ley General de educación 115; incluir el tema de la gestión integral del riesgo como una de las estrategias de la Política Nacional de Educación Ambiental; promover la inclusión del tema de riesgos en los PRAE´S y Proyectos Educativos Institucionales -P.E.I.; y recomendar al Consejo Nacional de Acreditación la incorporación del tema de riesgos en los programas de educación superior.

NORMATIVAS DISTRITALES DE PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE DESASTRES.

En 1994, con la Resolución 3459, la Secretaría de Educación Distrital, consciente de que el sector educación no está exento de las diferentes amenazas a las que está expuesta la ciudad, insta la necesidad de una campaña de concientización, educación y motivación para la consolidación del tema en el sector a partir del conocimiento del entorno geográfico, cultural, ambiental y económico desde una perspectiva de los riesgos.

Entre sus artículos se cuenta la necesidad de:

  • Incentivar en la comunidad educativa un espíritu de sensibilidad, comunicación y solidaridad, para actuar de manera pronta, eficaz y organizada en casos de emergencia.

  • Adoptar un plan de prevención de emergencias y desastres que contenga como mínimo la creación de brigadas escolares, el análisis escolar de riesgos, el plan para evacuación y el simulacro escolar.

  • Contar con el apoyo de entidades operativas y la DPAE.

  • Contar con el apoyo de la SED para la realización de cursos y talleres teórico-prácticos en el tema.

  • Propender por la inclusión en las áreas de Ciencias Naturales, Química, Física, Matemáticas, Ciencias Sociales y otras disciplinas, los contenidos básicos en prevención y atención de emergencias, para los niveles de Preescolar, Primaria y Secundaria.

  • Celebrar el día de la prevención de desastres y emergencias el segundo miércoles del mes de octubre con la realización de programas alusivos al tema tales como la elaboración de carteles, folletos, periódicos, murales, simulacros, muestras de videos y otras campañas que despierten el interés y la participación hacia este tema.

Mediante el DECRETO No. 723 DE OCTUBRE 15 DE 1999, se organizó el Sistema Distrital para la Prevención y Atención de Emergencias de Santa Fe e Bogotá, D.C., así:

  • Alcaldía Mayor de Bogotá.

  • Entidades descentralizadas del orden distrital

  • Entidades Nacionales y regionales públicas y privadas tanto operativas como técnico – cientificas que hacen parte del Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres y que ejerzan funciones en el Distrito Capital.

Estableció para su funcionamiento y organización, los siguientes Comités:

  • Comité Distrital para la Prevención y Atención de Emergencias.

  • Comités Interinstitucionales Operativo, técnico, y Educativo. El Comité Educativo, integrado por Secretaría de Educación de Bogotá, La Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Departamento Administrativo de Acción Comunal Distrital, Instituto Distrital de Cultura y Turismo y la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias.

  • Comités Locales de Emergencia.

Acuerdo 30 de 2001

El Concejo de Bogotá, estableció el día de la prevención de desastres y emergencias en el Distrito Capital, para el segundo miércoles de octubre de cada año, mediante el acuerdo 30 de 2001; involucrando en dicho día, de manera simultánea, la participación de todas las entidades centralizadas y descentralizadas que dependen del Distrito.

III. MOTIVOS DE CONVENIENCIA

Con el presente Proyecto de Acuerdo puesto a consideración de la Honorable Corporación, se busca en primer lugar,

  1. DE ORDEN SOCIAL.

    La reducción del riesgo y la atención de los desastres y emergencias como política pública corresponde a la necesidad de generar conciencia de autoprotección en las comunidades, la cual es aún incipiente dentro de la cultura ciudadana y política de la ciudad. En general, por esta razón se aceptan las condiciones de riesgo como hechos cumplidos, normalmente no hay interés por esclarecer las responsabilidades sociales y políticas sobre la generación de los mismos y es por ello que la ciudad sigue dedicando gran parte de sus esfuerzos a la respuesta ante emergencias.

    Los cambios sustanciales en la conciencia social se generan a través de procesos educativos; de hecho, el desarrollo humano es función de la educación; si ésta falta o es de mala calidad el ser humano se ve afectado, pues disminuye su potencial de conocimiento, sus capacidades para establecer relaciones equilibradas con el entorno, así como la posibilidad de participar efectivamente como actor social capaz de idear soluciones para evitar que ocurran desastres y emergencias o enfrentarlos en caso de que ocurran.

    El tema de la gestión del riesgo debe estar ligado al concepto de bienestar para los grupos sociales y, por ello, su participación resulta un factor importante para el desarrollo social y económico. Desde esta perspectiva es importante tener en cuenta la descentralización política y territorial como un medio para crear espacios entre el estado y la sociedad civil que le permita a ésta última aumentar las posibilidades para acceder a las soluciones que requiere con el fin de mejorar su calidad de vida y disminuir sus condiciones de riesgo.

  2. DE ORDEN CULTURAL Y PEDAGÓGICO11.

    Para incluir curricularmente esta temática es necesario convertirlas en objetos de conocimiento, en referentes concretos para el sujeto educativo que incide en la generación de riesgos o que puede ser afectado directa o indirectamente por tal condición. La principal dificultad radica en que por el hecho de ser riesgos, es decir "potencialidades" de ocurrencia o hechos no cumplidos, se hace difícil concretarlos mentalmente ya que son anticipaciones abstractas en las que difícilmente es claro para el docente y el discente su intervención. Es por ello que la educación y la transformación de las comunidades en actores fundamentales para la gestión del riesgo a través de ella son proyectos inaplazables.

    El fin de la educación para la gestión del riesgo debe estar circunscrito a la intervención de la vulnerabilidad en la que "la configuración de las condiciones subjetivas y objetivas de la existencia, históricamente determinadas y protagonizadas por sujetos colectivos concretos, originan o acentúan su predisposición ante ciertas amenazas y potencializan la acción agresora de estas últimas".

    Adicionalmente, existen otros factores que amplían la dificultad de manejo del tema y es la incidencia de la pobreza en la débil conciencia social y la falta de participación, hechos que se convierten en obstáculos para generar procesos eficientes de autoprotección y de demanda de condiciones de vida segura. Mediante un proceso educativo una comunidad se enriquece para interpretar adecuadamente la realidad y el entorno y para organizarse para la solución de un problema. Para ello se requiere que en primera instancia cambie su percepción y su escala de valores, que de alguna forma justifican no solo su falta de participación en la solución del problema sino también reconocerlos como tal.

    Es importante tener en cuenta que no existen sociedades sin riesgos, que éstos son de gestación social e histórica y que se requieren grados adecuados de apropiación para manejarlos a unos niveles relativamente aceptables. Constituir el riesgo como objeto de conocimiento por parte de los estudiantes, docentes, administrativos y en general la comunidad educativa de una institución no es tarea fácil, máxime si se tiene en cuenta que a nivel de procesos cognoscitivos el aspecto más elemental son las sensaciones y que éstas contienen un cierto grado de interpretación que las constituyen como percepciones individuales y colectivas que, con el devenir histórico y la cultura, denotan representaciones sociales no siempre coincidentes con la mirada técnico - científica.

    Las representaciones sociales son fundamentales en cualquier proceso socio educativo, ya que como imágenes cognoscitivas permiten percibir e interpretar la realidad. En sí, constituyen una forma de conocimiento que se traducen en comportamientos y procesos comunicativos entre los individuos, que atribuyen significaciones y simbologías plenas de sentido para un sujeto particular y puede variar ampliamente con respecto a otros, o simplemente resultar poco significativos. En el tema de los riesgos y los desastres se observa una gran diferencia entre el conocimiento científico disponible y el conocimiento común en parte por el temor que éste genera, el cual se ve traducido en una especie de negación para protegerse emocionalmente. El conocimiento científico encuentra en las representaciones, creencias bien disímiles, posturas encontradas e intereses distintos sobre un mismo objeto; en este sentido, es muy difícil cambiar comportamientos humanos y actitudes sin que esas representaciones cambien.

    Por lo anterior, la información sobre las amenazas no es suficiente sino que debe estar enmarcada en un contexto educativo que permita una real incorporación del tema en la cultura a partir del estudio profundo de las variables de la situación que se desea comprender, en este caso del fenómeno o evento peligroso; del curso de acción que se adopte para hallar una solución; del afinamiento de habilidades de pensamiento de los estudiantes y docentes y principalmente la participación individual y colectiva en la solución del problema.

  3. POR LOS RESULTADOS.

Se pretende, entonces, generar a largo plazo un cambio cultural y avanzar en la disponibilidad de capital humano comprometido con la reducción del riesgo y la atención de los desastres y emergencias a través del proceso de formación permanente de los niños, niñas y jóvenes de ahora.

Lo anterior, teniendo en cuenta que así como el riesgo se gesta socialmente con los años, su reducción o eliminación encuentra en los procesos culturales un comportamiento similar. La cultura de una ciudad o un país no se construye de un año para otro, se requiere que las diferentes redes sociales que componen el tejido urbano se apropien del conocimiento sobre las amenazas, los riesgos y los desastres de manera que paulatinamente se cambien prácticas y comportamientos que propician tales condiciones; y en donde la ética y la conciencia social propician la capacidad de participación y la toma de decisiones individuales y colectivas adecuadas al contexto y realidad local.

Es de anotar que Bogotá en colegios públicos y privados existe una población escolar de 1.544.217 niños, niñas y jóvenes y 92.754 docentes que se verían beneficiados por este proyecto. Lo anterior sin contar con el impacto que podría generarse al interior de las familias de la población objetivo inicial.

En los términos anteriores, pongo a consideración de los Honorables Concejales el siguiente Proyecto de Acuerdo.

Cordial saludo,

FERNANDO LÓPEZ GUTIÉRREZ

Concejal de Bogotá.

NOTAS DE PIE DE PAGINA

1. Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Plan Escolar para la Gestión de Riesgos. Guía de docente I, Aspectos Conceptuales. Guía del Docente II, Instrumentos y Herramientas Metodológicas. Alcaldía Mayor de Bogotá. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias. 1999. Disponible en www.sire.gov.co / Bodega de información

2Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Experiencia pedagógicas para la prevención de desastres. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias y Secretaría de Educación Distrital. Alcaldía Mayor de Bogotá. Octubre de 2003..

3Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Prevención de Desastres desde las Aulas. Incorporación de la Gestión del Riesgos en el Currículo Escolar. Guía I – Preescolar a Tercer Grado, Guía II – Cuarto a Sexto Grado y Guía III – Séptimo a Noveno Grado. Alcaldía Mayor de Bogotá. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias, 2000. Disponible en www.sire.gov.co / bodega de información

4Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Plan Escolar para la Gestión de Riesgos. Guía del Docente II, Instrumentos y Herramientas Metodológicas. Alcaldía Mayor de Bogotá. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias. 1999. Disponible en www.sire.gov.co / Bodega de información

5Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Zonificación de amenazas, riesgos y aplicación de medidas de prevención. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias. Alcaldía Mayor de Bogotá. 1999. Pag. 3

6Dirección de Prevención y Atención de Emergencias . Adaptado del Panorama de Riesgos por Fenómenos de Remoción en Masa en www.sire.gov.co . Fondo de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá – DPAE.

7Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Zonas inestables en los cerros de Santa Fe de Bogotá. Guía de Prevención. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá, Alcaldía Mayor de Bogotá. 1999.

8Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Adaptado del Panorama de Riesgos por Inundaciones en www.sire.gov.co . Dirección de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá – DPAE.

9Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Prevención de Desastres desde las Aulas. Incorporación de la Gestión del Riesgos en el Currículo Escolar. Guía III – Séptimo a Noveno Grado Pag. 72. Alcaldía Mayor de Bogotá. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias, 2000. Disponible en www.sire.gov.co / bodega de información

10 Plan Nacional para la Prevención y Atención de Desastres. Dirección General para la Prevención y Atención de Desastres, Ministerio del Interior. Decreto 93 de 1998.

11 Dirección de Prevención y Atención de Emergencias. Experiencias pedagógicas para la prevención de desastres. Compilación de las memorias del Primer Encuentro Distrital de Instituciones Educativas de básica y media. Fondo de Prevención y Atención de Emergencias y Secretaría de Educación Distrital. 2003.

PROYECTO DE ACUERDO __ DE 2004

"Por el cual se incluye en el Proyecto Educativo Institucional – P.E.I. - como proyecto transversal al currículo de las Instituciones Educativas del Distrito Capital, desde el nivel preescolar, básica y media, la temática de la reducción del riesgo y atención de desastres y emergencias.

En ejercicio de sus atribuciones constitucionales, legales y en especial, las otorgadas por el Decreto 1421 de 1993 y Acuerdo 095 de 2003,

ACUERDA

CAPITULO I

ASPECTOS GENERALES

ARTICULO PRIMERO: Inclúyase en el Proyecto Educativo Institucional – P.E.I. - como proyecto transversal al currículo de las Instituciones Educativas del Distrito Capital, la temática de la reducción del riesgo y atención de desastres y emergencias con carácter obligatorio, desde el nivel preescolar, básica y media.

ARTÍCULO SEGUNDO: Para la elaboración, diseño e implementación de programas y proyectos académicos, curriculares en reducción del riesgo y atención de desastres y emergencias; la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias – DPAE, deberá mantener permanentemente actualizados instrumentos, herramientas y metodologías que le permitan a las instituciones educativas apropiarse del tema e impulsar campañas de fortalecimiento a la comunidad educativa.

La Secretaría de Educación Distrital –SED- deberá incorporar el tema dentro los procesos de competencias ciudadanas, puesto que allí se establece lo que los estudiantes deben saber y saber hacer, según su desarrollo, y en este sentido sean capaces de resolver problemas cotidianos en su hogar, vida escolar y en otros contextos. De igual manera debe establecer mecanismos de verificación del impacto de los programas y proyectos académicos en los estudiantes y comunidad educativa en general motivando a las instituciones educativas para su desarrollo .

ARTÍCULO TERCERO: Los programas y proyectos académicos que desarrollen las instituciones educativas públicas y privadas en el tema deberán abordar problemáticas acordes con las condiciones de amenaza y riesgo de su entorno, centrar especialmente su atención en el diagnóstico del nivel de conocimiento y actitudes de los estudiantes

en el tema, participar ampliamente en la puesta en marcha de campañas formativas al interior de la institución y proyectarlas hacia la comunidad de manera que conjuntamente se propenda por la reducción o eliminación de los posibles riesgos.

De igual forma, las instituciones educativas deberán disponer de una estrategia de organización y de acción permanente que les permita actuar frente a situaciones de emergencia y desastre.

CAPITULO II

CAMPAÑAS PEDAGOGICAS

ARTÍCULO CUARTO: Promuévanse de manera permanente, en las Instituciones Educativas Públicas y Privadas de educación preescolar, básica y media del Distrito Capital, y con la comunidad educativa en general, la implementación de jornadas pedagógicas de información y educación, así como el desarrollo de campañas de divulgación y socialización en la temática, acordes con las necesidades de la realidad local.

PARÁGRAFO. La realización de las jornadas y campañas pedagógicas de información y educación deberán propender por una amplia cobertura e involucrar a la mayor cantidad de integrantes de la comunidad educativa de las instituciones educativas de Bogotá y procurarán vincular los organismos pertinentes del nivel local y distrital.

ARTÍCULO QUINTO: El Alcalde Mayor de Bogotá, a través de las Entidades correspondientes, propenderá porque en las jornadas pedagógicas de que trata el artículo anterior, se vincule a los Establecimientos de Educación Superior para que brinde apoyo en la investigación educativa y la innovación pedagógica en la temática de manera que redunden en el mejoramiento de las prácticas sociales en pro de la reducción de los riesgos y la atención de los desastres y emergencias.

ARTICULO SEXTO . El presente Acuerdo, rige a partir de su publicación.

PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE

Dado en Bogotá, a los .....(..) días del mes de ...... del año dos mil cuatro (2004).