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Proyecto de Acuerdo 204 de 2005 Concejo de Bogotá, D.C.

Fecha de Expedición:
20/06/2005
Fecha de Entrada en Vigencia:
20/06/2005
Medio de Publicación:
Anales del Concejo
La Secretaría Jurídica Distrital aclara que la información aquí contenida tiene exclusivamente carácter informativo, su vigencia está sujeta al análisis y competencias que determine la Ley o los reglamentos. Los contenidos están en permanente actualización.


 
 

PROYECTO DE ACUERDO N° DE 2005

PROYECTO DE ACUERDO N°. 204 DE 2005

Por el cual se establece el Sistema Distrital para la Atención del Habitante de la calle y Trapecistas.

EL CONCEJO DE BOGOTA, D. C.

En ejercicio de sus facultades constitucionales y legales y en especial El numeral 1°, artículo 12 del Decreto Ley 1421 de 1993.

ACUERDA:

Artículo 1°. Créase el Sistema Distrital para la Atención del Habitante de la calle y Trapecistas, como un conjunto de instituciones, organizaciones, entidades públicas y privadas, y personas, que realizan procesos de desarrollo institucional, planificación, ejecución y evaluación, que articuladas entre sí, logren la recuperación e integración social de la población objeto del presente acuerdo.

Artículo 2° El objetivo del Sistema es recuperar integralmente al Habitante de la calle y Trapecistas, implementar acciones y establecer los procedimientos necesarios para evitar su incremento, brindar el acceso a la salud, a la educación, a la recreación y la inclusión laboral.

Artículo 3° Para efectos del presente acuerdo, se entiende por:

Habitante de la Calle: Hombres y mujeres, menores y mayores de edad, cuyas condiciones socioeconómicas y en algunos casos de salud mental, se han visto obligados a desarrollar su cotidianidad en la calle, entendida esta última como un espacio arquitectónico urbano que cumple para ellos, los requerimientos mínimos necesarios para considerarse un lugar de habitación en condiciones aceptables para el bienestar y la calidad de vida de estos seres humanos.

Trapecistas: Jóvenes agrupados que toman distancia del típico y extendido grupo de amigos por cuanto han desarrollado enfrentamientos agresivos con el exterior y/o cometen sus miembros delitos económicos menores, así como aquellos que bordean la anterior condición, ya sea porque se encuentran en una condición de aguda desproteccion social al no habitar de manera estable en una vivienda o en una adecuada, carecen de recursos económicos, enfrentan problemas familiares, poseen bajos niveles educativos y escasas cualificaciones laborales

Artículo 4° Créase el Comité Distrital Intersectorial para la Atención del Habitante de la calle y Trapecistas, que tendrá como objetivo la operación del Sistema Distrital para la Atención del Habitante de la calle y Trapecistas. Esta Comité estará conformado por:

  • El Secretario de Gobierno o su delegado
  • El Secretario de Salud o su delegado
  • El Secretario de Educación o su delegado.
  • Secretario de Hacienda o su delgado
  • El Director del Departamento Administrativo de Bienestar Social del Distrito o su delegado
  • El Director del Departamento Administrativo de Acción Comunal o su delegado.
  • El Director del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud o su delegado.
  • El Director del Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte o su Delegado
  • Dos Representantes del Grupo de Trapecistas y Habitantes de y en la calle

Parágrafo 1: Serán invitados permanentes a las reuniones del Comité Distrital Intersectorial para la Atención del Habitante de la Calle y Trapecistas, al Director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Regional Bogotá, D. C., y todas las entidades del orden nacional y entidades privadas que adelanten programas o actividades objeto del presente acuerdo.

Parágrafo 2. El Comité definirá su propio reglamento en relación con la periodicidad de las reuniones, la forma de convocatoria, el seguimiento de los compromisos adquiridos y en general, todos los aspectos necesarios para su adecuado funcionamiento.

Artículo 5° El Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud IDIPRON ejercerá la Coordinación del Sistema Distrital para la Atención del Habitante de Calle y Trapecistas, a través del Comité Distrital Intersectorial para la Atención del Habitante de Calle y Trapecistas. Como tal, tendrá a cargo coordinar la definición de las políticas generales y modelos de intervención de obligatorio cumplimiento y definirá las normas que serán implementadas por las instituciones respectivas según su competencia

Artículo 6° El Comité Distrital Intersectorial para la Atención del Habitante de la Calle y Trapecistas, tendrá las siguientes funciones

  1. Hacer un seguimiento a la política social del Habitante de la Calle y Trapecista y la política de juventud en el Distrito.
  2. Implementar un Plan Distrital para la atencion del Habitante de la Calle y Trapecistas, el cual genere condiciones de dignidad e inclusión social a esta población en el mediano y largo plazo.
  3. Actualizar cada cuatro años el Plan Distrital para la Atención del Habitante de la Calle y Trapecista, con participación intersectorial y comunitaria con el desarrollo de planes de acción anuales que establezcan responsabilidades específicas y necesidades de coordinación de todas las entidades.
  4. Establecer un Sistema de Vigilancia y Análisis de Habitantes de la Calle y Trapecistas, el cual se llevara a cabo con un monitoreo constante de esta población y adelantara los estudios necesarios para comprender este fenómeno, con el apoyo de todas las instancias gubernamentales y no gubernamentales, constituyéndose así en una herramienta fundamental para orientar modelos específicos de intervención con estos grupos poblaciones. El desarrollo y coordinación de dicho sistema estará a cargo de un Centro de Información sobre Niñez y Juventud desprotegida adscrito al Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud .IDIPRON.
  5. Cualificar y realizar el seguimiento y evaluación de los programas implementados para el Habitante de la Calle y Trapecista .
  6. Promover acciones conjuntas y coordinadas entre los diferentes sectores e instituciones con participación comunitaria, con el fin de promover la inclusión social y laboral del habitante de la calle y trapecista.
  7. Diseñar e implementar estrategias de prevención que permitan disminuir y erradicar la permanencia en la calle de los grupos poblacionales de mayor vulnerabilidad social.
  8. Garantizar el acceso a la Seguridad Social en Salud, la inclusión en el sistema educativo, el acceso a la recreación al grupo poblacional de Habitante de la Calle y Trapecista
  9. Asegurar la generación de empleo y la capacitación en actividades productivas como herramientas de recuperación para el Habitante de la Calle y Trapecista.

Articulo 7° Créanse los Comités Locales para la atención del Habitante de la Calle y Trapecista en cada una de las localidades en que se presenta esta problemática.

Articulo 8° Los Comités Locales para la atención del Habitante de la Calle y Trapecista tendrán la misma composición y funciones del Comité Distrital Intersectorial.

Articulo 9° La Administración Distrital suscribirá los convenios interadministrativos que sean necesarios para garantizar la generación de empleo, como proceso de resocialización e inclusión social de este grupo poblacional.

Artículo 10° La Administración Distrital coordinará con entidades del orden nacional la realización de acciones tendientes a lograr la readaptación del habitante de la calle y Trapecista.

Artículo 11° La Administración Distrital coordinará con el Ministerio de Defensa Nacional, el establecimiento de planes especiales para el otorgamiento de libretas militares a los hombres mayores de edad habitantes de la calle y trapecista que se hayan rehabilitado, fijando un costo de manera que puedan ser sufragados por lo destinatarios del presente Acuerdo.

Artículo 12° La Administración Distrital reglamentará lo relativo a las calidades que deben tener las entidades privadas y personas naturales que desarrollen programas y actividades objeto del presente acuerdo, y el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud .IDIPRON-, controlará su funcionamiento.

Articulo 13ª El presente Acuerdo rige a partir de su publicación y deroga todas las normas que le sean contrarias.

Publíquese y cúmplase,

EXPOSICION DE MOTIVOS

La población con altos niveles de pobreza, niveles educativos bajos, escasa o nula posibilidad de acceso a sistemas de educación no formal, informal o no formal y predominio del desempleo, subempleo o formas de trabajo informal, van adquiriendo conciencia de su situación desde muy temprana edad y resienten la falta de oportunidades para mejorar sus condiciones de vida. Lo anterior genera un tipo de subcultura urbana en la que prima una actitud inmediatista, hay que aprovechar lo primero que se presente porque probablemente nunca más habrá oportunidad de obtenerlo.

Este panorama de exclusión los lleva a encontrar salidas como la vinculación a la calle, a grupos delicuenciales, a parches o pandillas o el aislamiento total que acaba muchas veces en la drogadicción, la prostitución y la delincuencia individual. Suelen surgir dos caminos extremos: la organización para buscar alternativas ocupacionales para generar recursos, defender derechos ambientales o algún tipo de trabajo comunitario en beneficio suyo o sus vecinos o el desconocimiento de la legalidad y aun el uso de la violencia como único medio de supervivencia, poder y estatus social. Surgen grupos de delincuencia organizada, generalmente asociados con el consumo de alcohol y otros tipos de sustancias psicoactivas.

La población de y en la calle en el Distrito capital, es derivada de una multicausalidad de factores que se relacionan con la diversidad de formas de maltrato intrafamiliar y social, la carencia de un verdadero tejido social sólido para acoger a sus miembros, la intolerancia por las diferencias, los bajos niveles de comunicación humana, la indiferencia de la sociedad civil ante los problemas sociales y económicos, y la incapacidad del Estado para formular, orientar, invertir y ejecutar políticas sociales que respondan realmente a las necesidades del habitante de la calle y trapecista , aún más de impedir que esto continúe sucediendo.

Los habitantes de la calle son las personas en ambientes urbanos que corren un alto riesgo de caer en las drogas, no todos han sido abandonados y no todos viven realmente en las calles; la calle se convierte para ellos en el espacio más cómodo y atractivo de subsistencia, de ahí que a medida que el tiempo pasa es menor su interés por dejarla e iniciar nuevos hábitos de vida.

En ella no están solos, son manipulados, gobernados y rodeados por fuerzas sociales y económicas, en las que se mezclan lo informal, el rebusque, la delincuencia, la ilegalidad, la mendicidad, la explotación, la anarquía, la falta de decisiones político-administrativas y la indiferencia por parte de la ciudadanía de este grupo excluido. Han encontrado en la calle su única y real posibilidad de subsistencia, de sobrevivencia y de creación de lazos afectivos. La calle es el escenario donde han construido una existencia diferente, sus propias reglas son su mayor valor.

Muchas de las personas urbanas más pobres empiezan su vida como niños del medio rural o son hijos de recientes inmigrantes a las ciudades.

Las familias pobres se trasladan a las ciudades por varias razones: algunas familias son expulsadas de sus tierras, otras quedan desempleadas debido a la mecanización de la agricultura y muchas se sienten atraídas a las grandes ciudades por la ilusión de tener mayores oportunidades de empleo. La emigración del campo a la ciudad pone a las familias en situaciones difíciles, pues sufren las pérdidas de sus sistemas de apoyo de origen así como la tradición y además con frecuencia el desempleo subempleo.

A pesar de la adaptabilidad de los habitantes de la calle, las necesidades físicas y psicológicas son enormes. Algunos de los problemas más comunes de salud son la diarrea, la infección de heridas, los piojos y las pulgas, enfermedades de la piel, malnutrición, traumas, enfermedades venéreas, SIDA y el abuso de drogas en particular.

Un estudio realizado en Colombia comprobó que algunos padres estimulan a sus hijos, especialmente a los varones de corta edad, a ir a la calle. Es frecuente que los padres obliguen a sus hijos a salir del hogar para obtener dinero de la mendicidad, el robo, etc. Si no producen, son expulsados del hogar o ellos mismos abandonan la familia para escapar a los malos tratos. Muchos jóvenes se ven obligados a vivir como adultos prematuramente para optar por vivir en la calle para huir de la violencia doméstica. En el mismo estudio se comprobó que de cada cuatro hogares originales de los menores de la calle, en tres hogares estaba ausente el padre biológico. El hacinamiento y la falta de planificación familiar también son factores comunes.

Los habitantes de la calle usan drogas en un intento por evadir su dura realidad. Las sustancias más frecuentes utilizadas son inhalantes tales como la cola de zapatero, los solventes de pintura, kerosene, gasolina, etc. La cola y demás tóxicos son inhaladores que actúan como entorpecedores para no sentir frío, los dolores del hambre y la fatiga.

En los últimos cinco años, el uso de pasta básica de coca o bazuco, ha aumentado considerablemente. Las ramificaciones de una droga tan fatal como esta son sumamente perjudiciales para el usuario, en particular para un grupo social tan vulnerable como los habitantes de la calle. También utilizan marihuana, pero es menos común, por su tendencia a abrir el apetito.

Un estudio realizado por Econometría S.A. en el año 2002, señala que la insuficiente oferta de un hábitat adecuado se estimaba que el 23% de los hogares, casi un millón y medio de personas vivía en hacinamiento y el 3.5 % de las viviendas tenían carencias habitacionales.

El 56 % de los jóvenes bogotanos no estaba vinculado al sistema educativo.

En el año 2000 murieron 2.166 jóvenes, un 45.8 % se debió a agresiones, un 10.8% a accidentes de tránsito y un 7.1 % a suicidio.

Las agresiones tienen una incidencia superior entre los varones y se presentan más en las localidades de Santa Fe, Antonio Nariño y Ciudad Bolívar, La relación de fallecimientos violentos es de una mujer por cada cuatro varones.

Se puede asegurar que en el Distrito existen más de 400 mil jóvenes, la mayor parte en la zona sur de la ciudad que subsisten en condiciones de pobreza y como consecuencia de la misma, deben soportar carencias habitacionales y educativas. Se suma un medio en el que se multiplican las expresiones de violencia que aumentan sus niveles de riesgo.

Los menores inician su vida callejera en promedio a los 8.6 años de edad. La edad promedio de los niños de la calle es de 13.6 años, pero la mayor franja se encuentra entre los 12 y 15 años. El 58% de los niños que deambulan por la calle tienen una vinculación familiar, lo que nos indica que estos últimos se rotan entre la casa y la calle, y están en alto riesgo de dejar definitivamente su hogar, ya que el niño se marcha gradualmente. El 37% de los censos afirman que el maltrato fue el factor principal para abandonar la familia. En el 60% de los casos la huida es por problemas intrafamiliares, más allá de los económicos propiamente.

Aproximadamente entre 1.800 y 2.500 menores pasan por la calle en un mes, cifra que si bien no aumenta considerablemente, si se sostiene año tras años a pesar de los programas institucionales públicos y privados existentes, aunque también hay que tener en cuenta la alta tasa de deserción. El 44.58% de los menores han estado en por lo menos dos instituciones.

El 67% de los menores nacieron fuera de Bogotá. Comparado este dato con el arrojado por la encuesta de hogares estrato 1 y 2 en el que sólo el 16.05% menores entre 5 y 18 años nacieron fuera de la ciudad, se demuestra que la migración es un fenómeno común entre la población infantil de la calle.

El 31.06% de los menores dicen vivir con amigos adultos, lo que es preocupante ya que implica que hay un factor más de riesgo en la calle: la explotación y el abuso por parte de los adultos. El 11% de los niños de la calle viven en ella con su familia o tienen contacto con su madre.

Es necesaria la participación desde el nivel local que permita a las comunidades lograr un sentido de pertenencia de su problemática, para de esta forma prevenir la deserción de los niños y de los adultos, reduciendo la multicausalidad que los induce a abandonar su medio ya sea familiar o en la misma comunidad.

Esta multicausalidad se previene fortaleciendo planes de desestimulación de la mendicidad en niños y adultos, problemas de consumo de sustancias psicoactivas, violencia intrafamiliar, menores iniciando la vida callejera, niñas en alto riesgo, familias en la calle.

Las soluciones más importantes consisten en aliviar las situaciones desesperadas que llevan a estas personas a vivir en la calle.

Lamentablemente, los factores socioeconómicos de muchos países del continente tienden a incrementar el número de jóvenes de y en la calle. Además, la población de menores sigue creciendo. Para el año 2020, el número de menores de 14 años se calcula que aumentará. El desafío de los próximos años es enorme. El éxito depende de la adopción de criterios que correspondan a los recursos disponibles y tomen en cuenta las necesidades y preferencia de los menores.

PANDILLAS

Desde principios del siglo XX ha sido reconocido el fenómeno de las pandillas, como característico de ciertas zonas, generalmente deprimidas, de las grandes urbes.

Este fenómeno ha afectado particularmente a las ciudades estadounidenses y es por ello que muchos de los estudios pioneros en la materia han sido hechos con ese país, a través de cuya influencia el fenómeno se ha expandido a ciudades de otras partes del mundo.

Es importe resaltar que los llamados "parches" constituyen en cierta forma una etapa previa a la conformación de la pandilla, en la medida que sus integrantes, si bien pueden incurrir en conductas delictivas, no hacen de éstas una forma de vida ni un propósito general de su organización. Se trata más bien de acciones ocasionales que realizan para afianzar su imagen ante los compañeros de grupo o ante la comunidad que los mira con desconfianza o rechazo, o para satisfacer un propósito ocasional.

La pandilla es una agrupación en una búsqueda de lo similar; aporta a sus miembros elementos como la seguridad y el sostén afectivo, es decir un sustituto del amor que está conformada aproximadamente por 12 integrantes. Se destaca por su organización interna. Aunque se reúnen en cualquier lugar ejercen poder su el territorio que frecuentan, bien sea porque lo habitan o porque es el lugar en donde cometen actos delictivos. Las pandillas generalmente están involucradas en la comisión de delitos, como robos, asaltos, atracos, homicidios, violaciones. Portan armas de fuego como revólveres, pistolas o changones y a menudo se den involucradas en enfrentamientos con otros grupos de jóvenes, grupos de limpieza social o la Policía

Las pandillas generan un conjunto de reglas específicas a las que el joven se adapta con un alto grado de implicación personal, que le permiten salir del anonimato y construir una imagen, un esquema de actitudes y comportamientos. La pandilla entonces transgrede las leyes de la sociedad dominante haciéndose llamativa por tal hecho. Marcan su territorialidad sus reuniones son en lugares públicos en donde se sienten seguros, posteriormente generan una delimitación imaginaria que hacen respetar

Entre las actividades que desarrolla el grupo en lugares públicos están el consumo de drogas y la repartición del producto de actos delictivos. Al respecto cabe señalar que la droga es de fácil acceso para los jóvenes ya que se halla en su entorno inmediato. Por lo demás el tipo de sustancias consumido por las pandillas no sólo es un elemento que las diferencia, sino un indicador de prestigio.

Los medios de comunicación son el mecanismo a través del cual se vende una sociedad de consumo que diseña un estilo de vida (ropa, formas de diversión, dinero, prestigio) que las pandillas asumen como propio y que los jóvenes buscan alcanzar por cualquier medio, incluyendo robos, atracos u homicidios.

Las pandillas son un fenómeno urbano que aprovecha el acelerado ritmo de la ciudad para cometer delitos y que tiene a convertir la delincuencia en una forma de ganarse la vida.

El origen de la mayor parte de estos grupos son los conflictos familiares. Cabe señalar que entre los factores que desembocan en el ingreso de los jóvenes a tales grupos, la inducción de que son víctimas por parte de un familiar perteneciente a uno de ellos .por lo general el hermano mayor- hacia actividades tales como guardar lo robado, transportar droga o hacer otros favores.

Como se ha venido destacando la carencia de espacios adecuados para una buena socialización primaria (familias que los provean de afecto, respeto, comprensión) además de carencia de condiciones materiales básicas para su subsistencia, en ocasiones, para realizar un proceso de socialización secundaria en el establecimiento educativo, tampoco han tenido la oportunidad de acceder a ocupaciones que les permita obtener niveles de ingreso suficientes para cubrir sus necesidades más apremiantes.

Por lo tanto, sus capacidades se encuentran altamente limitadas frenando su acceso a nuevas oportunidades generando un círculo vicioso en que la falta de oportunidades influye en bajas capacidades. La búsqueda de tales oportunidades los lleva a actuar fuera de la legalidad, provocando una represión institucional inclusive de la comunidad en que habitan.

La escuela se constituye en un medio socializador y es un escenario de encuentro de diferentes individuos que han vivido situaciones particulares, pero que al interactuar entre ellos, terminan adquiriendo ciertos rasgos comunes que los aproximan a su vez a los grupos sociales de los que reciben influencia. A pesar de que esta educación formal es uno de los factores en el proceso de formación de la juventud y no es necesariamente el más importante, es indudable que en conjunto constituye uno de los eslabones claves en la interacción capacidades-oportunidades que en gran medida condiciona el futuro de los jóvenes.

El acceso a una buena educación secundaria tiene mucho que ver con las posibilidades futuras de ingresar a la educación superior, influye sobre el rendimiento académico posterior y puede incidir sobre el desempeño en el mercado laboral. Desafortunadamente los miembros de estos grupos no hicieron ni hacen parte del sistema educativo.

La deserción de las aulas escolares los enfrenta a no tener en que ocupar su tiempo libre, a permanecer en la calle sin un objetivo claro y, a la falta de oportunidades laborales debido a su formación precaria en actividades que les puedan generar ingresos y obviamente a la baja oferta laboral.

Un joven que carece de educación adecuada en los niveles básicos y que no hace parte de redes sociales que respalden las capacidades de que dispone, encontrará extremadamente difícil hacer frente a la vida sin entrar en conflicto permanente con sus semejantes. Por otra parte, la visibilización de los jóvenes en la irrupción pública de la violencia, la pobreza y la relación joven-pobre-violento junto a la presencia de formar de violencia que se convierten en modos de "trabajar" para jóvenes de sectores sociales excluidos y marginados. Sin embargo sienten la necesidad de trabajar a pesar de que manifiestan que son objeto de explotación laboral. Para lograr una resocialización adecuada es necesario generar empleo, con alternativas de conformación de microempresas, la vinculación a proyectos productivos y la orientación de la inversión local al apoyo esta población.

Las oportunidades de recreación sana y la práctica deportiva llevan a la población a proyectarse y desarrollarse productivamente en su vivir diario. El fortalecer la recreación local es fundamental como ámbito complementario de socialización secundaria en la medida que ofrezca a los jóvenes y los habitantes en general espacios de integración, grupos de referencia con los cuales conviven y pueden reforzar positivamente su visión de la sociedad y del mundo

El difícil acceso al Sistema de Seguridad Social en Salud enfatizan las deficiencias que rodean este grupo poblacional: las relaciones sexuales múltiples y sin protección, la presencia de índices importantes de enfermedades de transmisión sexual, la libertad absoluta de comportamientos sexuales, la visión a corto plazo de la supervivencia. Los estándares de calidad de vida establecido desde el interior de los grupos hace que una enfermedad "mas" no desmejora notablemente la calidad de su existencia.

Mas allá de combatir la pobreza, toda política que proponga promover la integración de los habitantes de la calle y trapecista a la sociedad deberá tomar especialmente en cuenta los problemas de segmentación en todo tipo de servicios, tanto en educación y salud como en los vinculados a la recreación y el esparcimiento.

Para romper el círculo vicioso de la desigualdad, es indispensable que la sociedad, como un todo, se movilice con el fin de abrir oportunidades para adquirir niveles elevados de formación, que les permita ofrecer a sus hijos un punto de partida mas alto que el que los grupos poblacionales de hoy pudieron disfrutar. Si esto no se logra, se estará perpetuando las disparidades que han contribuido a sumergir a la sociedad colombiana en las condiciones difíciles en que se encuentra.

En el marco de la política social existe el gran compromiso de definir la integración, la implementación y el sistema de responsabilidades de las instancias territoriales frente a lo social, y de manera especial a la familia y la niñez. Es de resaltar que hoy las Entidades Distritales desarrollan programas similares en la atención a la población objeto de este acuerdo.

Se trata de recuperar el sentido y la filosofía del significado de trabajar articuladamente en equipo, como una alternativa para visualizar el futuro, plantear los grandes propósitos y necesidades, definir las prioridades y proponer sistemas de responsabilidades y compromisos compartidos; se requiere en el marco de la política social del Habitante de y en la Calle y trapecista, crear un Sistema como la instancia fundamental de coordinación para adoptar coherente e integralmente la política social del Distrito.

MARCO JURIDICO

La Constitución Política en el artículo 13 señala que el Estado promoverá condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas a favor de grupos discriminados o marginados.

El Acuerdo 13 de 1995 creó el programa integral de protección y seguridad social a los indigentes de la ciudad de Bogotá

Mediante el Decreto Distrital 897 de 1995 se creó el programa distrital de atención al habitante de la calle

El acuerdo 79 de 2003, Código de Policía de Bogotá, D. C., en los artículos 53 y 54 de estableció los deberes de las autoridades y la protección especial de los habitantes de la calle.

ANGEL CUSTODIO CABRERA BAEZ

GILMA JIMENEZ GOMEZ

ALFONSO PRADA GIL

DAVID LUNA SANCHEZ